Dritan Gjika, identificado como líder de la mafia albanesa en Ecuador, enfrenta cargos por tráfico de drogas, lavado de activos y delincuencia organizada, según la Fiscalía General del Estado. Capturado el 26 de mayo de 2025 en Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos, Gjika, de 47 años, está bajo proceso de extradición a Ecuador por dos notificaciones rojas de Interpol. Su organización, desarticulada en el operativo “Gran Fénix 13/Pampa” de febrero de 2024, traficaba cocaína desde Colombia a Europa, usando empresas de fachada como exportadoras de banano.
En el caso Pampa, la Fiscalía presentó 1,441 elementos de convicción, acusando a Gjika y 12 personas más, además de ocho empresas, por lavar $31 millones entre 2015 y 2024. La red adquirió bienes como vehículos de lujo, yates y propiedades en Guayas, Los Ríos, Cotopaxi y Santa Elena. Gjika, vinculado al asesinado Rubén Cherres, usaba firmas como Cresmark S.A. y Riomel Gold Corporation para blanquear dinero, según investigaciones.
Ocho personas y tres empresas fueron condenadas en octubre de 2024 por lavado de activos en el caso Pampa, recibiendo penas de hasta 13 años de prisión. Entre los sentenciados están ciudadanos ecuatorianos, argentinos y colombianos, mientras Gjika y Pablo H. permanecen prófugos, con difusión roja de Interpol. El operativo conjunto con España detuvo a 30 personas (18 en Ecuador, 12 en España), incautando 9.5 toneladas de cocaína y bienes por $51 millones.
Gjika, quien llegó a Ecuador en 2009 y obtuvo cédula en 2013, operaba desde Guayaquil, donde vivía lujosamente. Su red, con nexos en Colombia y Europa, incluía a Mario S., un italiano-argentino clave en el lavado de dinero, y otros coordinadores logísticos y testaferros. La organización contaminaba contenedores de banano para enviar droga a Bélgica, Países Bajos, Turquía y Albania, según la Policía.
La captura de Gjika, tras años de investigación, marca un golpe significativo contra la mafia albanesa en Ecuador. Sin embargo, la continuidad de dos de sus empresas activas, como Riomel Gold Corporation, y las acusaciones de nexos con funcionarios y campañas políticas, según posts en X, sugieren que la red aún podría tener influencia. La extradición de Gjika será clave para esclarecer su rol y conexiones en el país.