Con la finalización de las fiestas de octubre, el comercio ecuatoriano entra en su etapa más importante del año, marcada por el inicio de la temporada navideña. Sin embargo, antes de que los adornos y promociones navideñas llenen las vitrinas, los comerciantes centran sus expectativas en el Black Friday, una jornada clave para impulsar la economía minorista.
El Black Friday —que este año se celebrará el viernes 28 de noviembre— se ha consolidado como uno de los eventos comerciales más esperados por consumidores y empresarios. Su origen se remonta a Estados Unidos, donde tradicionalmente marca el inicio de la temporada de compras navideñas con significativos descuentos. En Ecuador, desde hace más de una década, esta fecha ha adquirido fuerza, especialmente en grandes cadenas y plataformas de venta online.
De acuerdo con la Cámara de Comercio de Guayaquil, los establecimientos prevén un incremento de ventas de entre el 20% y 40% durante la jornada, impulsado por promociones en electrodomésticos, tecnología, moda y artículos para el hogar. Los pequeños y medianos negocios también se preparan con ofertas especiales, buscando aprovechar la oportunidad para recuperar ingresos tras meses de baja actividad.
Paralelamente, los almacenes ya comienzan a incorporar productos navideños en sus exhibiciones, anticipando la alta demanda de noviembre y diciembre. Expertos señalan que la combinación del Black Friday y las compras de fin de año representa un impulso crucial para el sector comercial, especialmente en un contexto económico desafiante.
En ciudades como Guayaquil, Quito y Cuenca, los centros comerciales ya reportan mayor afluencia de clientes y un notable movimiento logístico en bodegas y proveedores. Así, el país se alista para un cierre de año donde el consumo, las promociones y la ilusión navideña vuelven a protagonizar la escena económica nacional.