La Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) está considerando la posibilidad de implementar modificaciones inéditas en el uso del sistema de videoarbitraje (VAR) de cara a la Copa Mundial de 2026. Estas innovadoras herramientas buscan mejorar la precisión en decisiones clave durante los partidos. Entre los cambios más destacados se encuentra la intervención del VAR en jugadas relacionadas con el tiro de esquina, un mecanismo que permitiría determinar con exactitud si el balón salió por completo de la cancha o cuál fue el último jugador en tocarlo. De igual forma, la FIFA evalúa la opción de que el VAR pueda revisar segundas tarjetas amarillas que hayan sido mal otorgadas, aunque esta propuesta ha generado cautela debido a la naturaleza subjetiva de la interpretación arbitral y al riesgo de prolongar innecesariamente el tiempo de juego, uno de los factores que la entidad busca minimizar en las competiciones de alto nivel. Para que estas pruebas se lleven a cabo, la FIFA necesita un permiso especial de la International Football Association Board (IFAB), el organismo que se encarga de regir y establecer las reglas del fútbol a nivel global, lo cual subraya la magnitud de la propuesta.
La potencial implementación de estas reglas dependerá de la aprobación que se otorgue en la reunión general anual de la IFAB, que está programada para el mes de marzo. De recibir luz verde, la Copa Mundial de 2026 se convertiría en el primer torneo internacional de gran envergadura en ensayar estas flexibilidades regulatorias en el uso de la tecnología, permitiendo a la FIFA evaluar su impacto antes de una aplicación más amplia en otras ligas y torneos. Este enfoque de ensayo exclusivo para el Mundial obedece a la necesidad de ser extremadamente cuidadoso con cualquier cambio que pueda generar mayores demoras en el desarrollo normal de los encuentros. Los ajustes en el protocolo del VAR representan un paso adelante en la búsqueda de la justicia deportiva mediante la tecnología, pero requieren un análisis riguroso para evitar que la intervención tecnológica comprometa la fluidez del espectáculo deportivo que es fundamental para los aficionados.








