El 30 de junio de 2025, el Tribunal de Juicio del caso Reconstrucción de Manabí sentenció a Jorge Glas, exvicepresidente, y Carlos Bernal, exsecretario técnico, a 13 años de prisión por peculado, acusándolos de beneficiar a terceros con dolo. También enfrentan inhabilitación perpetua, pérdida de derechos políticos y una indemnización de $250 millones.
Sonia Vera, abogada de ambos, calificó el fallo como un “escándalo” en X, denunciando al Tribunal como una “maquinaria de ejecución” con fines políticos. Argumentó que no hay pruebas de perjuicio económico al Estado ni de manejo directo de fondos por parte de Glas o Bernal, afirmando que el peculado requiere evidencia de lucro indebido.
Vera criticó que el Tribunal ignoró los argumentos de la defensa y condenó a los exfuncionarios solo por sus cargos, calificándolo como una “infamia jurídica”. Sugirió que el fallo busca “aterrorizar” a Manabí, región vinculada a la Revolución Ciudadana, más que impartir justicia.
La sentencia se dio tras siete días de deliberación y cinco días de audiencia, con Glas presente físicamente y Bernal conectado desde Estados Unidos. La defensa sostiene que la acusación carece de fundamento técnico y evidencia concreta, cuestionando la imparcialidad del proceso.
La condena intensifica el debate sobre la justicia en casos de alto perfil político en Ecuador, con Vera insinuando motivaciones de venganza política detrás de la decisión, mientras el Tribunal mantiene que los acusados actuaron con conocimiento para beneficiar a terceros.