La feroz ‘guerra del streaming’ ha entrado en una nueva fase, concentrando la batalla principal en dos gigantes: YouTube y Netflix . Durante años, los ejecutivos de Netflix evitaron nombrar directores rivales, pero la realidad del mercado actual, con ambas plataformas compitiendo por el control del televisor, es innegable. Esta rivalidad es un claro indicador de que el objetivo ya no es solo aumentar suscriptores, sino maximizar el tiempo que los espectadores pasan dentro de su servicio.
Según datos de Nielsen de mayo, YouTube y Netflix representaron el 20% del tiempo total de visualización de televisión en Estados Unidos, con un 12,5% para YouTube y un 7,5% para Netflix, superando a competidores como Disney. La ventaja de YouTube, además, sigue en ascenso. Aunque ambas compañías compiten por el mismo público, sus enfoques son radicalmente diferentes: Netflix se enfoca en la producción y licenciamiento de contenido tradicional (series, películas, documentales), mientras que YouTube es una plataforma abierta donde cualquier persona puede subir videos, y los creadores asumen los costos y reciben ingresos por vistas.
Esta competencia directa se ha vuelto tan evidente que altos ejecutivos de ambas empresas comienzan a referirse mutuamente en público, a veces con cierto desdén. De hecho, Netflix ha mostrado un creciente interés en programas licenciados de creadores que habitualmente residían en YouTube, como “Ms. Rachel” y “Sidemen”, lo que demuestra una incursión en el terreno del otro. Expertos de la industria como Ben Silverman, presidente de Propagate, afirman que “la audiencia es el rey”, y en esa contienda, YouTube y Netflix son los actores dominantes, luchando por la misma atención del público en el vasto universo del video digital.