El Hospital de Especialidades Eugenio Espejo, principal centro de salud público de Quito, enfrenta una crisis severa debido a un déficit presupuestario de $40 millones en 2025. La falta de fondos ha generado escasez de medicamentos, equipos inoperativos y una lista de espera quirúrgica de 600 pacientes, algunos desde 2018. La Asociación de Médicos del hospital denuncia que el presupuesto asignado, reducido a $70 millones frente a los $100 millones necesarios, compromete la atención de casos complejos, afectando a miles de pacientes que dependen de este centro de tercer nivel.
La situación se agrava por la falta de equipos clave, como un resonador magnético averiado desde febrero de 2023, que obliga a pacientes a gastar hasta $300 en clínicas privadas. La Unidad de Cuidados Intensivos carece de un equipo portátil de rayos X, y los insumos médicos son insuficientes, con existencias fluctuantes que interrumpen tratamientos. Médicos y pacientes reportan una gestión administrativa inestable, con protestas reprimidas y sanciones a profesionales que denuncian, como la remoción de tres jefes de área tras plantones en abril de 2024.
A pesar de anuncios previos de inversión, como los $5 millones destinados en 2023 para equipamiento y la entrega de un robot quirúrgico Da Vinci en 2024, las mejoras no han resuelto la crisis estructural. El gerente Andrés Corral afirma que se invertirán $4 millones en 2024 para áreas como oncología, pero servicios como ginecología y cirugías de baja complejidad han sido suspendidos. La ciudadanía y los médicos exigen al Ministerio de Salud y Finanzas una solución urgente para garantizar insumos, personal y equipos, mientras el hospital lucha por mantener su rol como referente nacional.
