El ayatolá Alí Jamenei, líder supremo de Irán, advirtió el 18 de junio de 2025, en la televisión estatal, que una intervención militar estadounidense causaría “daños irreparables”, en el sexto día del conflicto con Israel. En un mensaje leído por un presentador, Jamenei afirmó que las amenazas no intimidan a Irán, mientras Donald Trump, según CBS News, evalúa unirse a los ataques israelíes contra instalaciones nucleares iraníes, como la planta subterránea de Fordo, que requiere bombas GBU-57A/B exclusivas de EE.UU. Los ataques israelíes han causado 224 muertes en Irán, mayormente civiles, y 24 en Israel.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) reportó daños graves en la planta de Natanz, con una instalación en superficie destruida y cortes de energía que afectaron las centrifugadoras de enriquecimiento de uranio. En Isfahán, cuatro edificios fueron dañados, pero Fordo sufrió impactos mínimos. Israel justificó los ataques, que mataron a nueve científicos nucleares, como una medida para frenar el programa nuclear iraní, mientras Teherán insiste en su carácter pacífico y exige a la OIEA condenar las acciones. La respuesta iraní con misiles ha disminuido, reflejando el impacto de los bombardeos israelíes en su capacidad militar.
Israel, que no firmó el Tratado de No Proliferación Nuclear, alega en una carta a la ONU que los ataques responden a décadas de hostilidades iraníes y un plan estratégico para “eliminar” al país. El ministro Gideon Sa’ar defendió las acciones como necesarias, mientras Irán, miembro del TNP, reitera su derecho a un programa nuclear pacífico. La escalada, con un dron israelí derribado sobre Irán, aumenta el riesgo de una guerra regional, mientras Trump, tras exigir la “rendición incondicional” de Irán, debate con su equipo de seguridad en la Casa Blanca los próximos pasos.