El exfutbolista brasileño Juninho Pernambucano volvió a ser noticia por unas declaraciones polémicas en las que criticó duramente a los jugadores de la actualidad. El exvolante ofensivo de la selección brasileña lanzó comentarios que reflejan su visión crítica sobre las nuevas generaciones en el fútbol profesional.
“No comparemos a los jugadores de antes con los del presente. Descubrí que los jugadores de hoy en día contratan a un barbero personal que les tiene que cortar el pelo antes de cada partido importante. Se preocupan por verse muy bien antes de cada partido para salir perfectos en las fotografías que subirán a sus redes después de cada partido. Los de antes se dedicaban solamente a jugar fútbol, sin distracciones, sin caras bonitas, solamente a divertirse en la cancha”, declaró Juninho.
Estas afirmaciones generaron reacciones encontradas en redes sociales y en el ambiente futbolístico, abriendo nuevamente el debate sobre el enfoque actual de los deportistas profesionales, quienes combinan su rol en la cancha con una fuerte presencia en plataformas digitales.
Juninho Pernambucano es recordado por ser uno de los mediocampistas más talentosos y precisos de su época. Formó parte de la selección brasileña que disputó el Mundial de Alemania 2006 y es considerado uno de los mejores ejecutores de tiros libres en la historia del fútbol. Su legado se consolidó principalmente en el Olympique de Lyon, club con el que ganó siete títulos consecutivos en la Ligue 1 de Francia y desde donde asombró al mundo con su excelsa pegada.
También tuvo pasos destacados por Vasco da Gama en Brasil y el Al-Gharafa de Catar, siempre caracterizándose por su visión de juego, técnica depurada y liderazgo silencioso. Fuera de las canchas, ha sido comentarista, directivo y voz autorizada del fútbol brasileño, sin temor a emitir juicios contundentes sobre la evolución del deporte.
Su crítica reciente no es la primera que lanza hacia las nuevas generaciones, y confirma su postura: el fútbol ha cambiado, pero no necesariamente para bien, al menos desde los ojos de quienes priorizaban la esencia del juego por encima del espectáculo visual.
