Hernán Galíndez, hoy arquero de Huracán de Argentina, dejó ver su lado más humano al hablar sobre el país que transformó su vida: Ecuador. En una reciente entrevista, el portero de 37 años recordó cómo su llegada en 2012 fue el punto de quiebre que lo salvó de abandonar el fútbol y, al mismo tiempo, le abrió las puertas a una etapa de crecimiento personal y profesional.
“Yo me voy a Ecuador porque me había quedado sin lugar acá (en Argentina). Un día me dijeron que me tenía que ir y en 2012 llegué a Ecuador, a jugar en la Serie B en Universidad Católica”, confesó, recordando esos días de incertidumbre que lo obligaron a tomar decisiones difíciles.
Galíndez, que se nacionalizó ecuatoriano y defendió los colores de La Tri en el Mundial de Qatar 2022, fue claro al reconocer que en ese entonces su carrera pendía de un hilo: “Yo estaba seguro que si en ese año no me iba bien, no seguía jugando al fútbol”.
Lo que vino después fue una historia de resiliencia y éxito. Se consolidó como referente en Universidad Católica, brilló en Aucas y se convirtió en un arquero de Selección, alcanzando el sueño de disputar un Mundial con Ecuador.
Hoy, desde su regreso al fútbol argentino, Galíndez no esconde la nostalgia por el país que lo acogió:
“Ecuador me cambió la vida, me dio todo. Es un país que extraño mucho”, dijo, evidenciando un vínculo que va más allá del fútbol y que lo une para siempre con la nación que creyó en él cuando más lo necesitaba.
