Tras la explosión ocurrida la noche del martes frente al Mall del Sol, la Policía Nacional confirmó que se hallaron más explosivos sin detonar en la zona, así como otro vehículo cargado con explosivos que fue neutralizado por equipos especializados. Las autoridades realizaron detonaciones controladas para garantizar la seguridad del perímetro y evitar nuevos incidentes.
El ministro del Interior, John Reimberg, destacó que los explosivos no son improvisaciones caseras, sino elementos profesionales, con dispositivos electrónicos y mechas de seguridad, lo que indica que grupos delincuenciales con capacidad técnica buscan generar caos usando medios sofisticados.
Este episodio no es aislado para Quito ni Guayaquil. Guayaquil ha sido epicentro en los últimos meses de varios ataques con artefactos explosivos: vehículos estallados, viviendas y locales afectados, alertas de bombas abandonadas, atentados en la Bahía, y daños materiales en barrios como Los Almendros.
Estos hechos reflejan la profundización de la crisis de seguridad en Ecuador, agravada por extorsiones, violencia organizada, bandas criminales y una proliferación creciente de explosivos usados en retaliaciones o intimidaciones. Muchos expertos advierten que el país se encuentra en una escalada de violencia que supera a la capacidad instalada para responder.
Las autoridades anunciaron que reforzarán operativos de inteligencia, controles en vehículos sospechosos y el seguimiento de financiamiento de estas estructuras criminales. Mientras tanto, el Ministerio Público y la Policía hacen un llamado urgente a la ciudadanía para colaborar con información, evitar compartir rumores y mantenerse alerta ante posibles focos de amenaza.
