El reciente aumento de casos de la variante denominada “supergripe” en Ecuador ha generado dudas sobre la eficacia de las vacunas actuales. Expertos en salud pública aclaran que la vacuna de la influenza estacional, aunque fue diseñada para cepas previas, sigue siendo la herramienta más efectiva para prevenir cuadros clínicos críticos y hospitalizaciones. Si bien la nueva variante presenta mutaciones que pueden evadir parcialmente la respuesta inmunológica inicial, la memoria viral proporcionada por la vacunación permite que el organismo responda con mayor rapidez, evitando que el sistema respiratorio colapse ante la infección en pacientes residentes en Ecuador.
Los médicos enfatizan que la vacunación masiva es fundamental para controlar la propagación comunitaria y reducir la carga en el sistema sanitario nacional. Además de la inmunización, se recomienda mantener medidas complementarias de higiene para mitigar la transmisión del virus en el entorno familiar y laboral. En Ecuador, las autoridades sanitarias instan a los grupos vulnerables, como niños y adultos mayores, a completar su esquema de vacunación de forma gratuita en los centros de salud, recordando que la protección óptima se alcanza dos semanas después de la aplicación, lo que resulta vital frente a la circulación de este subclado más agresivo.
