El nervio vago, el más largo del sistema nervioso parasimpático, regula funciones vitales como la digestión, el ritmo cardíaco y la respuesta al estrés. Su estimulación natural puede reducir ansiedad, mejorar el estado de ánimo y fortalecer el sistema inmunológico. Técnicas como la respiración profunda, el canto y el contacto con la naturaleza ofrecen beneficios significativos, según expertos citados por El Universo.
Respiración diafragmática es una de las formas más efectivas. Inhalar lentamente por la nariz durante 4-6 segundos, hinchando el abdomen, y exhalar por 6-8 segundos activa el nervio vago, promoviendo relajación. Practicar 5-10 minutos diarios, especialmente al despertar o antes de dormir, reduce el cortisol, según estudios de la Universidad de Oulu.
Cantar, tararear o hacer gárgaras estimula los músculos de la garganta conectados al nervio vago. Entonar el mantra “OM” o tararear una melodía durante 2-3 minutos genera vibraciones que activan el sistema parasimpático. Asimismo, exponerse al frío, como duchas frías o salpicar el rostro con agua helada, mejora el tono vagal y regula la frecuencia cardíaca.
Meditación y yoga también son clave. Posturas como la del puente o meditaciones guiadas de 10-15 minutos fomentan la calma y equilibran el eje intestino-cerebro, según Navaz Habib, autor de Activar el nervio vago. Además, alimentación rica en fibra y probióticos, como yogur y vegetales, apoya la microbiota intestinal, vinculada al nervio vago.
Estas prácticas, accesibles y sin costo, deben realizarse con regularidad para maximizar beneficios. Consultar a un profesional de la salud es recomendable, especialmente para personas con condiciones preexistentes. Activar el nervio vago ofrece un camino sencillo hacia el equilibrio emocional y físico, ideal para contrarrestar el estrés diario.