El secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, realizó una visita sorpresa a dos buques de guerra de la Marina que están desplegados en el mar Caribe. El jefe del Pentágono abordó el portaaviones USS Gerald R. Ford, el más poderoso del mundo, y el destructor USS Winston S. Churchill, en el área de responsabilidad del Comando Sur de Estados Unidos. La misión, conocida como Operación Southern Spear, se enmarca en la campaña militar antinarcoterrorista de Washington y ocurre en medio de una escalada de tensiones con el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.
Durante su visita, el secretario Hegseth destacó la labor de los marinos para “proteger la patria estadounidense, proteger al pueblo estadounidense, detener el flujo de drogas y narcóticos que ingresan a nuestro país”. La tensión se intensificó con las declaraciones del presidente Donald Trump, quien, durante una videoconferencia con las tropas por el Día de Acción de Gracias, anunció que las acciones para detener a los narcotraficantes venezolanos “por tierra” comenzarán “muy pronto”. Desde septiembre, las fuerzas estadounidenses han interceptado más de 20 embarcaciones presuntamente involucradas en el tráfico de drogas en aguas internacionales, con un saldo de al menos 83 muertos. El gobierno de Caracas, por su parte, ha manifestado que la ofensiva militar antidrogas de Estados Unidos tiene como verdadero objetivo derrocar al dictador venezolano, elevando la alarma en Miraflores ante la presencia cercana de activos militares tan imponentes. La situación geopolítica en la región se mantiene en un punto de máxima vigilancia debido a la confrontación directa entre ambas administraciones.
