Crucita, Manabí, Ecuador. Un lamentable suceso ha generado indignación en la Playa de Crucita, en Manabí, donde un enorme tiburón se varó en la orilla. Lo que debería haber sido un acto de auxilio y rescate animal, se convirtió en una escena de curiosidad inoportuna, ya que varias personas rodearon al escualo para tomarse fotografías, en lugar de intentar ayudarlo a regresar al mar.
La situación ha desatado una ola de críticas en redes sociales y entre defensores de la fauna, quienes recalcan que “la fauna marina no es atracción turística”. Este incidente pone de manifiesto una clara falta de educación y respeto hacia las especies marinas que, en situaciones de vulnerabilidad, requieren la inmediata colaboración humana. El hecho subraya la necesidad urgente de concientizar a la población sobre la importancia de proteger la vida silvestre y actuar de manera responsable ante emergencias de este tipo.